Esta tarde, en Yapeyú, Corrientes, la artista Dolores de Argentina había planeado cerrar su gira La estrategia del eclipse, una obra de arte público sobre los monumentos conmemorativos al General San Martín a los que envolvía en una enorme tela negra que luego era descubierta, tal como si fueran re-emplazados. “Invisibilizar para hacer visible” es el mantra-manifiesto que la cordobesa lleva tatuado para impulsar esta acción que empezó en octubre de 2023 sobre el icónico monumento ecuestre de Plaza San Martín realizado en 1962 por el francés Louis Joseph-Daumas y que para el 175 aniversario de su muerte imaginó a escala internacional. Pero la gira no llegó a Yapeyú donde sobre la costanera se despliega un monumento modernista de 1950 realizado por Miguel Rojas y donde además se conservan en un templete los restos de la casa natal del Libertador. Más aún, en una significativa réplica de la historia, la acción performática de Dolores de Argentina no pisó América.
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El 1 de mayo, LA NACION anticipó la gira internacional de La estrategia del eclipse que había elegido como punto de partida la ciudad costera de Bolugne Sur Mer donde, se sabe, el Libertador de América murió en 1850 en el exilio con la flamante e inestable Argentina envuelta en una guerra civil. El itinerario estaba trazado y a las valijas con 120 metros de tela negra con las que Dolores y la curadora Victoria Giraudo viajaban se le sumaba un laberinto burocrático cuya documentación le daría a la artista un inestimable wallpaper hecho de permisos municipales, comisiones de patrimonio y los distintos institutos sanmartinianos esparcidos por el país y el resto de las ciudades que dedican una parte del espacio público a la memoria del militar, político e intelectual argentino.
La “gesta performática” tenía su t-shirt lista: 5, 6 y 7 de mayo, Boulogne Sur Mer; 14 de mayo, Londres; junio, Washington DC y México DF; julio, Lima, agosto, Santiago de Chile y el cierre ya citado en Yapeyú. Pero el San Martín de tour, no pudo pasar de Belgrave Square, Londres, en el monumento inaugurado durante la presidencia de Carlos Menem a propósito del paso fugaz de San Martín por 23 Park Road durante la formación de la Logia Lautaro, lista para conspirar contra el colonialismo español en América.
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Pero así en la vida como en el arte (contemporáneo), San Martín nunca pudo volver a América, aunque fuera en este avivamiento de su espíritu libertador (no confundir con libertario) en la envoltura y desenvoltura performática de sus estatuas. La guerra de las estatuas declarada a partir del Black Lives Matter volvió a las criaturas ecuestres de bronce inaccesibles en los Estados Unidos y Washington le dio a Dolores de Argentina un “no” rotundo.
Como si fuera Morrissey, la artista hizo de las cancelaciones una obra aparte publicando un afiche digital de lo que no fue en su cuenta de IG. México parecía más receptivo pero a la cordobesa le advirtieron que en las inmediaciones del monumento emplazado en el Paseo de la Reforma se había formado una villa de emergencia a la intemperie. En Perú, liberado por San Martín el 28 de julio de 1821, las conversaciones fueron demasiado informales y la conceptualista prefirió guardar las valijas en su casa de Villa Allende. Para la fecha esperada en Chile, Dolores de Argentina fue advertida por el embajador Jorge Faurie sobre las restricciones en el espacio público luego de las revueltas de 2019 que terminaron con Boric en el poder.
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La estrategia del eclipse, al fin, solo pudo completar parte de su gira americana auxiliada por la IA (¿la artista habrá reconvertido la sigla en Independencia de América?) con la que cubrió el monumento ecuestre de Lima. Sin poner el cuerpo, sin nada de los que ella llamó la “gesta performática”, de forma remota, virtual, fantasmática, Dolores posteó la imagen de la envoltura negra en IG. Los posteos que replicaron la imagen como “real” (como si los permisos hubieran sido otorgados y los 120 metros de tela hubieran sido desplegados en la estatua construida por Mariano Beliniure en 1921) pasaron el millón de likes. Un síntoma de época: si está on line, existe.
El ambiente 2025, con el reciente cierre del Instituto Sanmartiniano de Buenos Aires, desalentó a la artista en su destino Yapeyú. “Decidí llamarme a un silencio duchampiano”, le confesó a LA NACION días atrás. Lo que habrá hoy, entonces, es un video conmemorativo que resume la experiencia de esta no-gira en coincidencia con el 17 de agosto, día del Paso a la Inmortalidad del General José de San Martín. Queda para más adelante, la donación al museo San Martín de la ciudad correntina del manto negro y la placa (ya fijada en Boulogne Sur Mer y Londres) que reza: “Los dolores que nos quedan son las libertades que nos faltan”.