En diálogo con Canal E, el economista Federico Glustein advirtió sobre la presión cambiaria y las distorsiones monetarias que está generando el contexto preelectoral.
La presión cambiaria crece con el contexto electoral
La tensión en el mercado cambiario no se explica sólo por la coyuntura financiera, sino por decisiones recientes que impactaron directamente sobre la liquidez. “El desarme de las LELIQs de la semana pasada fue un error del gobierno”, aseguró Glustein, al tiempo que explicó que esa medida liberó “alrededor de 6 billones de pesos que no se esperaba que estén en circulación”.
Según el economista, los instrumentos alternativos no lograron absorber esa liquidez: “Los privados decidieron no acceder a esa tasa porque la consideraban baja y se mantuvieron expectantes”, dijo. Esto generó una demanda inusual de dólares, y al mismo tiempo, una suba abrupta de las tasas de caución. “Tenemos una suba de las cauciones en el orden del 51% a un día”, indicó.
Para Glustein, el gobierno intenta frenar esta presión con absorción monetaria. “Se busca sacar los pesos del mercado para evitar que vayan al dólar”, explicó, aunque advirtió que este esfuerzo convive con un escenario electoral que añade incertidumbre. “Todavía hay cuestiones macro que no están cerrando y todo eso decanta en explosiones como las que estamos viendo”, señaló.
Dolarización preelectoral y posible cambio en el régimen cambiario
El economista fue enfático al afirmar que el proceso electoral siempre recalienta el mercado: “Hasta tres meses antes de una elección se da una dolarización de carteras en la Argentina”. Según detalló, los inversores abandonan posiciones en pesos, no por desconfianza política, sino “porque buscan instrumentos dolarizados como ADRs, bonos en dólares u obligaciones negociables”.
Esto provoca un debilitamiento de los instrumentos en pesos y un aumento de la presión cambiaria. Al respecto, Glustein dijo: “Hay desconfianza y caída en esos tramos”. Además, aunque las encuestas no sean plenamente confiables, el mercado reacciona a los escenarios binarios: “Un buen resultado para el gobierno podría ser un espaldarazo positivo, pero no está garantizado”, advirtió.
Consultado sobre un eventual cambio en el régimen cambiario luego de las elecciones, sostuvo: “Algo va a tener que cambiar porque hay mucha intervención para que el dólar siga en esta banda”. En ese sentido, no descartó una corrección: “Si el techo de la banda está en 1.400 pesos desde marzo y llegamos a octubre sin cambios, con 30% de inflación acumulada, se puede ajustar a 1.600”, explicó.
Ese movimiento, sin embargo, puede tener efectos no deseados: “Si se acerca el techo de banda puede haber un traslado a precios”, dijo, y advirtió que esto podría “atacar la principal estrategia del gobierno, que es la tasa de interés a la baja”.