En diálogo con Canal E, Martín Pinto, presidente del Centro de Panaderos de Merlo, analizó la grave situación que atraviesa el sector panadero en Argentina, con el cierre de más de 1.700 locales en los últimos 18 meses.
La peor crisis panadera desde 2001
En medio de una profunda recesión, el sector panadero enfrenta una crisis sin precedentes. Según Pinto, “1.700 panaderías cerraron en estos 18 meses, debido a los grandes gastos de producción que tuvimos”. Aunque se difundió erróneamente que habían cerrado 14.000, el dato correcto —aunque igualmente alarmante— refleja el colapso que viven muchas pequeñas empresas.
De ese total, “630 son de la Provincia de Buenos Aires”, lo que representa una pérdida significativa de comercios y empleos. Pinto fue contundente al marcar la magnitud del problema: “Ni en la pandemia ni en la crisis del 2001 cerraron tantas panaderías como están cerrando ahora”.
La caída en el consumo también golpeó fuerte: “Tenemos un 50% menos de venta de pan y entre un 75% y un 80% menos en pastelería, tortas y sándwiches”, explicó el dirigente, señalando que esta tendencia afecta a todos los rubros de consumo masivo.
Costos descontrolados y una encrucijada sin salida
El mayor problema para los panaderos es que no logran trasladar el brutal aumento de los costos a los precios sin perder clientes. “Nos aumentó todo entre un 1.500 y un 2.000% y solo pudimos llevar nuestro producto un 120% más”, advirtió Pinto. Frente a este desbalance, agregó: “Si aumentamos, nos fundimos. Si no aumentamos, también nos fundimos. Estamos en una encrucijada que no sabemos para dónde disparar”.
En este contexto, muchos comerciantes están absorbiendo las subas a costa de sus ingresos. “Es lo primero que hacemos antes de tomar la decisión de sacar empleados”, dijo. Para evitar despidos, han recurrido a esquemas solidarios entre los propios trabajadores: “Nos pusimos de acuerdo con nuestros empleados para que trabajen tres días uno y tres días otro en la semana”.
El impacto también se expande más allá de los locales cerrados. “Multiplicá 1.700 panaderías por tres o cuatro empleados, y sumale los trabajos indirectos: el fletero, el que trae la leña, el que arregla las máquinas. Es una cadena impresionante que se queda sin trabajo”, detalló Pinto.
A pesar de los anuncios oficiales de desaceleración inflacionaria, el dirigente fue categórico: “Tenemos dos países distintos: el que cree el gobierno tener, con inflación del 1,5%, y el que vivimos los laburantes, donde nunca dejaron de aumentar las cosas”.
En los últimos 20 días, la harina subió dos veces, un 7% y luego un 8%, mientras que otros insumos como levadura, azúcar y aceites aumentaron entre un 8% y un 12%. Sobre las causas, Pinto señaló: “Te adjudican el aumento al dólar. Pero el único con herramientas legales para controlar esto es el gobierno nacional”.
Frente al desamparo, cerró con una crítica: “Si la Secretaría de Comercio no va a pisar precios ni subsidiar nada, nosotros, los panaderos, ¿qué podemos hacer?”.