La alianza entre las empresas T-Mobile y Starlink para ofrecer conectividad satelital directa a dispositivos móviles representa una iniciativa pionera que podría transformar profundamente la industria de las telecomunicaciones.
T-Mobile, uno de los principales operadores de telecomunicaciones de los Estados Unidos, y Starlink, el servicio de Internet satelital de la compañía SpaceX, del magnate sudafricano-estadounidense Elon Musk, unieron fuerzas para lanzar un servicio innovador que permite la conectividad móvil directa a través de satélites en órbita baja.
El objetivo principal es eliminar las tradicionales «zonas muertas» de cobertura celular, donde no llega la señal de torres terrestres, y ofrecer servicio de Internet y comunicación en áreas remotas sin necesidad de infraestructura terrestre adicional.
Este servicio, conocido como T-Satellite, se basa en la amplia constelación de satélites de Starlink, que orbitan a aproximadamente 300 kilómetros sobre la Tierra. La colaboración busca ofrecer cobertura en territorios de difícil acceso, desde parques naturales y montañas hasta zonas rurales y océanos, abarcando inicialmente gran parte de los Estados Unidos y expandiéndose globalmente mediante acuerdos con operadores como T-Mobile.
El lanzamiento de esta tecnología supone un cambio de paradigma en la conectividad global. Por primera vez, un operador móvil comercial ofrece una red híbrida –terrestre y satelital– que conecta directamente con teléfonos móviles inteligentes estándar, sin necesidad de equipos adicionales como antenas satelitales o dispositivos específicos.
Este avance puede redefinir cómo millones de personas acceden a las comunicaciones, especialmente en regiones donde las opciones tradicionales son limitadas o inexistentes. La iniciativa, ya en fase beta y en proceso de expansión, apunta a convertirse en un estándar para el futuro de las telecomunicaciones.
Desarrollo del servicio T- Satellite de Starlink
T-Satellite opera mediante la integración de tecnologías satelitales de baja órbita (LEO, por sus siglas en inglés) con la red móvil terrestre. Los satélites de Starlink están especialmente configurados para usar tecnología «Direct-to-Cell«, que permite comunicarse directamente con teléfonos móviles convencionales, sin necesidad de terminales satelitales ni instalaciones adicionales en el dispositivo del usuario.
Actualmente, el servicio inicial disponible se centra en la mensajería de texto (SMS, MMS) y llamadas de voz básicas en zonas donde no hay cobertura celular tradicional. Esto se ofrece de manera automática; cuando un usuario se encuentra fuera del alcance de una torre terrestre, el teléfono móvil detecta y se conecta automáticamente a la red satelital sin requerir configuración manual. Además, se incluye soporte para mensajes grupales y alertas de emergencia (Wireless Emergency Alerts), reforzando la seguridad en situaciones críticas.
El plan es expandir el servicio para incluir datos de alta velocidad a partir de octubre, permitiendo a los usuarios acceder a aplicaciones compatibles que requieren conectividad básica, como WhatsApp, AccuWeather y otras, aunque la velocidad y latencia serán más limitadas en comparación con las tecnologías de telefonía móvil de quinta generación (5G) convencional. Se prevé que en el futuro estas capacidades aumenten, acercándose a una experiencia satelital completa en dispositivos móviles.
Un aspecto diferencial clave respecto a los servicios satelitales residenciales, como el Starlink tradicional que utiliza una antena parabólica en tierra, es que T-Satellite no requiere hardware específico: se aprovecha la capacidad de los satélites para emitir señal directamente compatible con smartphones comunes.
En cuanto a precios y planes, la fase beta hasta julio fue gratuita para muchos usuarios, especialmente clientes de T-Mobile con planes «Go5G Next» o «Experience Beyond», que mantendrán el servicio sin costo adicional.
Para otros usuarios de T-Mobile, el costo será de aproximadamente 10 a 15 dólares por mes. Usuarios de otras operadoras pueden contratar el servicio por alrededor de 20 dólares mensuales. A partir de octubre, con la incorporación del soporte para datos, la tarifa se mantendrá competitiva para incentivar la adopción.
Compatibilidad y dispositivos
El servicio T-Satellite es compatible con una amplia gama de teléfonos móviles inteligentes fabricados en los últimos años, siempre que estén actualizados con la última versión de software que incorpora soporte para la conectividad satelital.
Según T-Mobile, la mayoría de los dispositivos 5G lanzados en los últimos cuatro años funcionan con T-Satellite, sin necesidad de hardware satelital adicional. Entre los dispositivos compatibles se encuentran:
- Apple: iPhone 14, 15, 16 y posteriores.
- Samsung: Desde Galaxy A14 hasta A54, las series Galaxy S21 a S25, y los plegables Galaxy Z Flip y Fold 3 a Z Flip y Fold 7.
- Google: Pixel 9 y 9 Pro.
- Motorola: Razr 2024, Razr Plus 2024, Moto Edge y Moto G Power 5G (2024) y sus sucesores de 2025.
La integración de esta tecnología en los teléfonos móviles es posible gracias a acuerdos y desarrollos conjuntos entre T-Mobile, SpaceX y fabricantes de dispositivos para optimizar la conectividad satelital a través de las bandas de radio usadas por la red celular convencional.
La función se activa automáticamente cuando el teléfono móvil detecta la ausencia de señal terrestre y tiene visión directa al cielo, mostrando un ícono «SAT» en la pantalla para indicar la conexión satelital con Starlink.
Disponibilidad en la Argentina
Desde el punto de vista regulatorio, la llegada de este servicio a la Argentina, donde Starlink no tiene acuerdos con operadores locales como el vigente con T-Mobile en los Estados Unidos, implicaría negociaciones y autorizaciones con reguladores nacionales para operar dentro del espectro asignado, así como acuerdos comerciales con operadores locales.
La competencia en el mercado argentino es fuerte, con empresas como Claro, Movistar y Personal en el segmento de telecomunicaciones móviles. Sin embargo, la propuesta satelital ofrece una ventaja clara en áreas donde estas redes no llegan, complementando las ofertas de conectividad fija (fibra óptica) y móvil (4G, 5G) existentes.
La llegada de la conectividad satelital directa a teléfonos móviles supone una revolución en el acceso global a las telecomunicaciones. Al eliminar las «zonas muertas», ofrece cobertura casi total, beneficiando tanto a consumidores como a sectores industriales que dependen de comunicaciones confiables en entornos remotos, como la agricultura, minería, logística y emergencias.
Para el usuario común, representa seguridad en viajes, acceso a servicios digitales en zonas aisladas y la posibilidad de mantenerse conectado en situaciones de emergencia sin depender de antenas terrestres. Para empresas, abre oportunidades para la gestión remota, monitoreo en tiempo real y operaciones eficientes fuera de las redes urbanas.
Sin embargo, existen desafíos técnicos como la latencia satelital y limitaciones iniciales en velocidad y capacidad, que podrían afectar el rendimiento en ciertas aplicaciones intensivas en datos. Además, la saturación de la red de Starlink y condiciones meteorológicas adversas pueden influir en la calidad del servicio.