Se profundizan las diferencias entre los Macri: la negociación con LLA, los candidatos en CABA y el futuro del PRO

“Hoy no hay negociación. Si el cierre de listas fuera mañana, el acuerdo con los libertarios está caído. Hasta el 7 (de agosto) sigue siendo una posibilidad, pero se complicó”. Una de los jugadores clave del PRO sentencia en una frase la complejidad de las negociaciones que, por estos días, se dan entre el partido amarillo y La Libertad Avanza para tener una boleta unificada en octubre a senadores y diputados nacionales. El jueves hay que inscribir los frentes.

El miércoles por la noche, tras semanas donde Karina Milei se negaba a abrir una discusión, habilitó charlas informales con una condición: que el delegado del PRO hable en nombre de Mauricio Macri y no de Jorge Macri. Así de distante está el vínculo de la secretaria General de la Presidencia, y más aún del presidente Javier Milei, con el jefe de Gobierno.

Los primeros diálogos fueron amenos: primero LLA ofreció un lugar y medio (para una legisladora que está en el bloque del PRO, pero pertenece a Patricia Bullrich), propuesta que fue rechazada por el expresidente. En una segunda instancia, el jueves mismo por la tarde los libertarios aceptaron que el PRO elija dos legisladores nacionales “entrables”, pero se reservaron el derecho de veto de los nombres y se quedaron con los dos candidatos a senador (la ministra de Seguridad ya se prepara).

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Pero ese camino se llenó de piedras el jueves por la noche cuando en la Asamblea del PRO porteño, por un trámite meramente formal, se decidió que el apoderado de un acuerdo para hacer un frente sea el propio Jorge Macri. Una decisión que cayó mal en Casa Rosada. Fue una sugerencia de César “el Tuta” Torres, el exsecretario de Gobierno, que ahora tendrá un área nueva con una subsecretaría y, en principio, no tres sino cuatro direcciones generales.

El viernes el expresidente se anotició de este movimiento y las diferencias quedaron expuestas. Para Mauricio Macri es vital cerrar un acuerdo con los libertarios, inclusive aunque toda la boleta sea violeta, para evitar otra derrota del PRO en la Ciudad, luego de los malos resultados de mayo (cuando cosechó apenas 16% con la ahora invisible Silvia Lospennato).

El expresidente cree que, al menos, así podría “salvar” a sus legisladores y darle aire para 2027. Piensa que la gestión de la Ciudad no está bien y que deben producirse más cambios. No logró, ni de cerca, los que pretende.

Dos argumentos más: el primero es que será una campaña muy áspera y habrá fuego cruzado, tal como ocurrió en mayo. En segundo lugar: es una oportunidad para que deponga armas LLA porteña, uno de los bloques más duros.

Paralelamente piensa que es coherente que si en Provincia el acuerdo a nivel nacional se está delineando –y viene avanzado– sería confuso que en la Ciudad no se repita el mismo esquema.

Por su lado, Jorge Macri no descartó un acuerdo con LLA, pero es consciente que el Presidente y su hermana no lo quieren nada: el fin de semana pasado en La Rural el jefe de Estado le volvió a negar el saludo, aunque Karina Milei sí le estrechó la mano con cara de pocos amigos.

Acaso por ello, el jefe de Gobierno leyó una encuesta de Federico Aurelio que marcaba un piso de 20/21% para el PRO en octubre. Por eso estuvo de acuerdo con un trabajo secreto que viene desarrollando María Eugenia Vidal para rearmar Juntos por el Cambio si no hay acuerdo con LLA. Entre otros nombres ya aparecían Graciela Ocaña (quien se lanzó a senadora esta semana), Ricardo López Murphy, legisladores de la Coalición Cívica e incluso en el PRO había consenso para que el economista Hernán Lacunza sea candidato junto a la propia Vidal.

Para el jefe de Gobierno las condiciones que impuso Karina Milei son muy duras: cree que dos diputados, cero senadores, y todos pintados de violeta es demasiado. Si la encuesta de Aurelio implica tres diputados nacionales, ¿por qué cerrar dos nada más? Otra idea que cruzó la mente del jefe comunal: si Bullrich saca un número cercano al 60% será una candidata dilecta a la Ciudad. Es decir, se alimenta a una futura competidora.

En esta disyuntiva está el PRO en estas horas. Del lado del expresidente creen que el PRO solo podría sacar menos del 16%, que es una oportunidad para ganar tiempo para que mejore la gestión y que, incluso, podría colaborar para que le faciliten acciones en materia económica para liberar créditos internacionales para obras públicas frenados por Nación.

Por ejemplo, en este último punto: financiamiento de organismos de créditos internacionales para subtes, salud y obras de infraestructura.

Si se destraba el acuerdo con LLA esta semana, el expresidente ya tiene un nombre para la boleta: la abogada y miembro del Consejo de la Magistratura, Jimena de la Torre.

Si hay una boleta violeta, la exgobernadora Vidal ya se lo adelantó a cuanto interlocutor tuvo cerca: siquiera la repartiría en una esquina porteña.

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