Autos, carnicerías y turismo: los pocos comercios que muestran sus precios en dólares

Al iniciar el año, el país dio un paso más hacia el bimonetarismo, ese sistema donde el peso y el dólar conviven como monedas de uso cotidiano sin -necesariamente- dictaminarlo a través del Banco Central. Puntualmente, el Gobierno de Javier Milei, a través de la Resolución 4/2025, autorizó a los comercios a exhibir los precios en dólares u otras monedas extranjeras, además de en pesos, con el objetivo de «facilitar la exhibición de precios y dinamizar el comercio para otorgar mayor libertad para competir, y brindar a los consumidores más opciones a la hora de elegir productos y servicios».

Al menos así lo anunció el Ministerio de Economía, en un intento de inyectar los más de u$s200.000 millones al circuito formal que, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), los argentinos guardan «bajo el colchón», resguardándolos de los peligros que consideran corren en los bancos.

En ese sentido, Luis Caputo precisó: «Necesitamos que se remonetice más la economía». Su apuesta es que, con menos pesos en circulación, los dólares atesorados empiecen a fluir en compras diarias, desde autos hasta alimentos y productos básicos.

De hecho, días atrás, dijo a comerciantes y empresarios del sector automotriz: «Empiecen a vender autos en dólares. Saquen los dólares. Hoy ya los bancos están pagando una tasa razonable».

Sin embargo, a pesar de la normativa y la insistencia del ministro, la adopción no por el momento no es un ‘boom‘, y los comercios parecen dudar. ¿Quiénes se animaron a mostrar precios en dólares y por qué no todos corren a sumarse?

Autos, carnicerías y turismo, los pocos ejemplos que ya muestran precios en dólares

El sector automotriz fue uno de los primeros en sumarse con Toyota, líder en ventas y producción de vehículos en el país. Esta firma anunció, en junio, que los futuros compradores ya pueden consultar los precios en dólares. En junio, los precios de sus autos subieron un 1.9% en promedio, y la posibilidad de cotizar en dólares se implementó para facilitar transacciones en un contexto de alta inflación y demanda de divisas.

Por ejemplo, un vehículo que antes costaba $20 millones ahora también se muestra en unos 18.000 dólares, dependiendo del tipo de cambio oficial. Es decir que, esta movida no solo responde a la normativa, sino que también atrae a consumidores con dólares en mano.

En tanto, en el rubro de los alimentos, las carnicerías dieron pequeños pasos. Una de ellas fue La Pampa Boutique, ubicada en Las Cañitas, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde ya pueden observarse los precios tanto en pesos como en dólares. A diferencia de la anterior, la carnicería MC Carnes Premium, ubicada en Vicente López, se sumó meses antes de la medida anunciada por el gobierno de Milei, mostrando su apoyo a la dolarización de manera apresurada.

Este fervor generó que el intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, y el legislador porteño Ramiro Marra, se acercaran al local y mantuvieran una cálida conversación con su dueño. Si bien, por el momento, estos parecen ser casos excepcionales, también podrían incentivar a otras carnicerías o frigoríficos a sumarse.

Obviando estos casos anteriores, otros sectores parecieran repeler la dolarización. En el comercio electrónico, por ejemplo, no se encontraron tiendas siquiera online que muestren sus precios en dólares. Mercado Libre, la plataforma líder, sigue exhibiendo los montos en pesos, aunque desde diciembre permite hacer compras internacionales con precios pesificados, lo que abarata significativamente el monto final. Pero, las grandes cadenas como Frávega o Carrefour no se sumaron a esta normativa.

Y en el turismo, solo páginas de reservas de hoteles o departamentos exponen sus precios en dólares, pero no las agencias con locales físicos a la calle. Esta falta de adopción de la medida plantea una duda en puntual: ¿Por qué no todos los comercios están aprovechando la normativa?

Por qué los comercios no muestran sus precios en dólares

Una razón clave es que, aunque el cepo cambiario se levantó en abril, la convivencia de distintos tipos de cambio sigue generando confusión. Desde que el Gobierno unificó el mercado cambiario, permitiendo a todos comprar dólares libremente con una cotización oficial entre $1.000 y $1.400, la brecha entre el dólar oficial ($1.150), el MEP ($1.190) y el blue ($1.160) se redujo a un mínimo histórico del 2-3%.

Por ejemplo, un electrodoméstico de $1.000.000 equivale a unos u$s869 al tipo de cambio oficial o u$s862 al blue, una diferencia mucho menor que antes. Aun así, los comercios deben decidir a qué cotización aceptar dólares, lo que puede complicar la facturación, ya que la normativa exige que los precios incluyan impuestos y coincidan en caja. Esta mínima brecha, aunque manejable, suma un pequeño dolor de cabeza para los negocios que no quieren lidiar con conversiones diarias.

Además, aunque Mastercard y Visa están preparadas para procesar pagos en dólares con tarjetas de débito desde febrero de este año, muchos comercios pequeños no tienen los recursos para actualizar sus sistemas de facturación, es decir que, la infraestructura tecnológica es un obstáculo. A esto se le suma, y tal vez es el disparador principal, la preferencia del cliente por el peso, ya que los sueldos y jubilaciones se perciben en esa moneda.

Entonces, si bien los esfuerzos del Gobierno son visibles, sobre todo en la baja de inflación, la desconfianza histórica sigue marcando la agenda. Los ciudadanos prefieren guardarse esos dólares como reserva de valor y no usarlos para compras que pueden hacer cómodamente en pesos, ante un eventual problema económico que derive, como sucedió en muchas otras oportunidades, en la devaluación de la moneda nacional.

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