Una charla espontánea, una frase al pasar y un recuerdo que volvió como un búmeran desde 2007: Amalia Granata reavivó una historia de amor olvidada entre Wanda Nara y Cristian “el Ogro” Fabbiani. Fue durante su participación en el programa LAM, donde, tras ver una escena de la mediática junto a Mauro Icardi, soltó sin filtro: “Sí, fueron novios”.
La confesión generó sorpresa en el estudio y revivió una etapa de la vida de Wanda en la que aún no era la celebridad internacional que es hoy. Por entonces, una joven rubia que ya sabía cómo manejar las cámaras y que comenzaba a instalar su nombre en los medios, había elegido a Marcelo Tinelli y su Patinando por un sueño en lugar del Gran Hermano Famosos. Decía no querer saber nada con los futbolistas. Pero la realidad era otra.
En paralelo, Fabbiani, delantero de Lanús por aquellos años, ya era un personaje más allá del fútbol: desbordante, provocador y omnipresente en la noche porteña. Sunset, Puerto Madero, flashes, madrugadas mediáticas: así se conocieron. La relación fue breve, explosiva y nunca del todo blanqueada, pero las cámaras llegaron a retratarlos saliendo juntos de una cena.
La intensidad del vínculo tuvo ribetes insólitos. “Sí, lo cago a trompadas si sale con otra”, llegó a decir la conductora en una entrevista, exhibiendo la pasión y celosidad de esa etapa. Por su parte, el Ogro, entre la ironía y el desdén, alguna vez confesó: “Digamos que sí, salimos. Pero hacé de cuenta que no pasó nada”.
Con el tiempo, la relación terminó mal: muy mal. Wanda denunció hostigamiento en entrevistas, contó que Fabbiani no aceptaba la ruptura y que llegó al punto de enviarle un teléfono celular al teatro donde actuaba para intentar contactarla. “Son muy grasas. Te quieren comprar con guita”, resumió.
Luego vino Maxi López, después Mauro Icardi, y con ellos las tapas internacionales, los reality shows y las polémicas globales. Pero antes de todo eso, hubo un verano caluroso en Buenos Aires y una historia con el Ogro que terminó en escándalo.
En pleno 2025, una frase de Granata bastó para que el pasado regresara como un déjà vu. Una historia menor en la línea del tiempo de Wanda, pero lo suficientemente intensa como para dejar una huella. Y también, una anécdota que su hija Uma rescató con picardía al ver a su madre en la tele: “Vos podrías haber sido una de las que está gritando ahí en el Chateau”.
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