De las entrañas de una convivencia forzada, de ese aislamiento dentro de cuatro paredes con decenas de desconocidos. Desde ese hábitat tan ficcionado, y poco natural, brotó una conexión que los imantó y los estimuló a apostar por el amor.
Papucho y Andrea se toparon en el sendero de la vida en Gran Hermano, donde perduraron un par de semanas en competencia y donde incluso protagonizaron algunos chispazos y rispideces. Empero, una vez expulsados a la realidad detectaron en su interior que latía una vibración mancomunada.
Claro que esa presunción de una atracción no había adquirido corporeidad hasta el domingo. ¿Qué pasó? Durante la gala de eliminación, la cámara los enganchó en la tribuna en un pleno trance de besos acaramelados y con mucha efusividad, así se activaron todas las alarmas.
Los fanáticos morían de ganas por adentrarse con mayor profundidad en esta relación, por eso en la visita de Claudio al piso de A la Barbarossa le llovieron las preguntas para iluminar todos los pormenores de este lazo emocional.
PAPUCHO REVELÓ CUÁNDO SE DIERON CUENTA CON ANDREA QUE SE GUSTABAN A MORIR
Gastón Trezeguet no vaciló y con firmeza la elaboró la pregunta del millón, la que todos se replicaban en sus mentes del otro lado de la pantalla y disparó: «¿Están de novios?». Algo nervioso, pero también entusiasmado, Papucho reveló: «No, en pareja todavía no».
Asimismo, el musculoso explicó el estado de situación anterior, cuando no vibraba en armonía con Andrea en el reality: “Me había alejado un poco adentro de la casa por juego«. De ese modo, Claudio confirmó que en este momento surgió el amor: «Nos estamos conociendo”.
Cuando le preguntaron virtudes de la morocha, Papucho soltó: “Es divina en todo sentido«. Y luego se animó a confirmar el punto exacto en que descubrieron que existía una atracción irrefrenable: “Nos vimos afuera de la casa nos vimos realmente como somos y encaramos para otro lado”.